Sonando: Myth (Beach House)
… Y entonces se incorporó del lugar donde yacía, se giró hacia un lado, y dejó caer las piernas por el abismo de su cama. Sus pies colgaban oscilando a ritmo pausado, y ella, todavía adormilada, trataba de adivinar en qué día amanecía.
Sintió haber despertado de un reconfortante letargo. El sol, descarado, se colaba por su ventana, y el invierno parecía más tímido que nunca. Pensó que era su momento y fijó la vista al frente. Tomó aire, cogió impulso y emprendió un viaje.
Llevaba un equipaje pesado, repleto de preguntas sin respuesta y dudas que amenazaban eternas. Pero ella estaba tranquila, pues sabía que en algún rincón de su maleta también se encontraba, dobladita, la certeza de encontrar alivio a todo aquello.
Allí donde fue aguardaba la voz de su conciencia. Se estaban esperando inconscientemente. Advirtió quién le hablaba cuando una boca que no era la suya sino la de quien allí aguardaba expresó, a través de palabras, aquello que vivía en su interior. Reconoció al instante tan especial interlocutor, pues solo la propia conciencia es capaz de dar forma exacta a las ideas que habitan dentro de uno mismo. Y lo que concibió mediante palabras la voz de su conciencia ha de quedar aquí plasmado, porque si a ella le devolvió a la vida una vez, quisiera creer que a ti, que lees estas líneas, podría revivirte también:
“Sucede que eres una mujer, el ser más fuerte que habita la Tierra. El hombre se pasó toda su vida intentando minar la proyección de su compañera, así que nacimos, crecimos y morimos a su sombra. Nos impusieron una idiosincrasia y la acatamos con postiza ceguera. Les erigimos dominantes y las sociedades nos envolvieron en su manto estereotipado, lo cual, hoy día, nos empuja a luchar. Luchar con la vida, porque eso es lo que somos: mujeres luchando con la vida.
Y aun así, es posible que las presiones externas asolen nuestro ser. Tu alma devastada por falsas creencias y prejuicios infranqueables. El Hombre se ha preocupado tanto de evolucionar su entorno, que olvidó evolucionarse a sí mismo.
Habrás de permanecer siempre en guardia. El modelo imperante solo es uno entre miles: tú eliges el tuyo y tú decides cómo y dónde quieres llegar. Somos especiales y únicas, y todo lo que esperas de esta vida a la que te enfrentas, ha de llegar. Venimos de un lugar y tenemos que cambiar cosas para situarnos allá donde nos queremos ver. Y no se atisba camino fácil, no. Mas recuerda que eres poderosa y lo conseguirás: cambiarás algunas cosas y entonces cambiarás las cosas. Y por fin la lucha se llenará de sentido”.
No supo qué fue exactamente, pero nació de nuevo en aquel viaje, y se sintió más viva que nunca, más luchadora que nunca, más poderosa que nunca, más mujer que nunca.
Regresó sin maleta y se calzó sus zapatos rojos de tacón.
Pronto más regaliz para dos, amigos.
URBAN Style signature: Leticia San Andrés
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