Sonando: Like a Rolling Stone (The Rolling Stones)
El refranero español huele a naftalina pero nunca falla: “Dime de qué presumes y te diré de qué careces”, es una verdad universal.
Desconozco cuán celosos seréis de vuestra intimidad, o hasta dónde queréis que se os conozca públicamente: ¿podemos pasar hasta la cocina? Porque, aviso: nos gusta la carnaza.
Hoy vamos a desmontar este asunto. Debéis saber que os estamos leyendo el diario y nutriéndonos con su contenido. Y la información es poder, así que básicamente nos hacemos más fuertes que vosotros, gracias a vosotros. Os estamos viendo el plumero by the face, amigos.
Comencemos por el principio. El día que Mark Zuckerberg parió Facebook, nuestras vidas cambiaron para siempre. Empezamos por compartir y terminamos por exhibir. Nos vinimos arriba y lo dimos TODO.
Y tras años de evolución de este y otros escaparates virtuales, os habéis quedado literalmente en cueros. Practicáis una vida postiza: no sabéis conjugar el verbo to be, pero las magdalenas son cupcakes y muffins; los cafés, mejor en vaso de Starbucks; comidas y cenas a base de sushi, sushi con fresas, sushi con garbanzos, sushi con Susi, la del quinto; y ¡velas! Que no nos falten las velas ni las casas tipo altar Virgen de La Macarena…
Nos colocáis la falsa moral, la de la sonrisa vacía, de la felicidad plasticosa, la de “yo quiero tener un millón de amigos” (los de Facebook cuentan); nos taladráis con frases anónimas sabor canela o pretendéis inculcar filosofía barata; pregonáis los hitos importantes en vuestras vidas… Y los que no, también. Y exigís respuestas, reacciones, a vuestro público. Porque sin él, nada de esto tendría sentido.
Conste que cada cual es libre de venderse como quiera. Donde yo quiero llegar es al trasfondo, ¡hasta la cocina y más allá! Me gustaría que os quitarais el disfraz. La sonrisa y los amigos de pega, la frase que no entendéis de un señor que no conocéis, la sushifilia y todo lo demás. Bajad de ese falso pedestal, ¿qué hay del ser que habita en tu cuerpo? Nos gustan las personas auténticas. Sin filtros, sin modas enfermizas, sin aditivos artificiales.
No tengáis miedo a decir que estáis jodidos, sois de carne y hueso. No temáis eludir planes si no hay dinero para ellos, no necesitamos saber que dais la vuelta al mundo, en serio. No importa si un sábado noche os quedáis en casa, tampoco si vuestra casa es, todavía, la de vuestros padres. Si tenéis pareja, dedicadle esas palabras cuando estéis juntos. Nos encanta que celebréis el amor, pero hay mensajes con un solo dueño. Y si no tenéis pareja, no permitáis ni un juicio sobre ello, pues más tienen que callar aquellos empeñados en seguir adelante con algo que está muerto.
Pensad quiénes sois y no dejéis de serlo. Que lo de fuera sea el preludio de lo de dentro. Sed humildes. No intentéis engañarnos, si es posible; pero sobre todo, hacedlo posible: no intentéis engañaros. No os falléis a vosotros mismos.
Pronto más regaliz para dos, amigos.
URBAN Style signature: Leticia San Andrés
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