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Cada vez que arrancamos la última página del calendario y volvemos a empezar, nos prometemos a nosotros mismos que este año sí que sí será el año del cambio. Los propósitos que nos ponemos en mente son muchos, algunos reales, otros no tanto. Entre los más perseguidos están el comer sano, hacer ejercicio diario, retomar la lectura diaria, viajar, estudiar algún idioma… Para que esos propósitos no queden en saco roto como nos suele ocurrir año tras año, hay que cambiar el “chip”.
El año que dejamos atrás nos ha enseñado qué es realmente lo importante en nuestras vidas y, desde luego, tomar tiempo para nosotros mismos es fundamental. Ese tiempo es el que invertiremos en lograr convertir los propósitos en rutina.
21 días
Son muchos los expertos que aseguran que crear un nuevo hábito en nuestra vida y acostumbrarnos a ello sin que nos cueste en exceso nos va a llevar 21 días o, lo que es lo mismo, unas tres semanas.
Ya sea para amoldarnos a un nuevo horario de trabajo, a la rutina de estudio, al ejercicio diario… necesitaremos 21 días. Así que, no te desanimes las dos primeras semanas y lo abandones.
¿Cuántas veces has pagado la mensualidad del gimnasio y no has llegado ni siquiera a agotarla? ¿Llegaste a ir 21 días? Quizá es el momento de volver a intentarlo.
Poco a poco
Seguro que son muchos los propósitos que tenemos, pero lo mejor es comenzar de uno en uno. Si intentamos poner nuestra vida patas arriba igual no conseguimos ninguno de los objetivos que nos hemos propuesto. Empieza por uno de los propósitos y, una vez lo hayas logrado y lo hayas incluido en tu rutina, ¡ve a por otro!
No hay que ser radical
Uno de los propósitos que más se repiten es el comer sano, pero eso no significa que nos pasemos el día comiendo verduras cocidas. Así, lo único que conseguiremos es aborrecer la comida. La actriz Paz Vega, finalista de Masterchef Clebrity, ha asegurado en más de una entrevista que la clave de una correcta alimentación está en comer productos frescos, de temporada y evitar comprar ultraprocesados.
El objetivo es comer variado, siempre priorizando la comida real. Además, si comemos bien a diario podremos darnos un capricho de vez en cuando.
Al igual que en la comida hay que ser flexibles, también tendremos que serlo con el resto de nuestros propósitos. ¿Quieres aprender inglés? Dedícale el tiempo necesario, pero tampoco te obsesiones.
Con estos simples consejos, este año puede que sea el año del verdadero cambio. ¿Te apuntas?
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