El bruxismo es un hábito involuntario que consiste en rechinar y apretar las piezas dentales entre sí tanto de día como de noche mientras dormimos. Si no se detecta y trata a tiempo, puede ocasionar lesiones dentales permanentes y dolores de mandíbula, cabeza, espalda u oído. A continuación, te explicamos cuáles son los síntomas más comunes asociados a esta patología.
ALTERACIONES MANDIBULARES
Es posible experimentar dolor, crujidos e incluso movimientos incontrolados. Aquellos pacientes que padecen bruxismo pueden ver limitada su capacidad para masticar o abrir la boca, llegando a sentir molestias durante la masticación.
Otro de los trastornos que acompañan al bruxismo son las indentaciones en el borde lateral de la lengua. Estas corresponden al apoyo que se realiza de las piezas y la excesiva presión que se ejerce sobre la lengua.
DESGASTE DENTAL
El rechinamiento de las piezas puede erosionar los dientes. Se pueden sufrir ligeras fisuras en el esmalte y un aumento de la sensibilidad de las encías. Este problema es fácilmente identificable en las revisiones anuales y también con el cepillado o con la ingesta de alimentos fríos y calientes.
DOLORES EN ALGUNAS PARTES DEL CUERPO
Si tienes dolores de cabeza, garganta, oído o cuello, pueden tener una relación directa con el bruxismo. Esto se debe a que la tensión ejercida al realizar este acto nervioso involuntario se puede reflejar con molestias en diferentes partes del cuerpo debido a la conexión y cercanía. Algunos de los trastornos asociados que se pueden experimentar son rigidez y contracturas en el cuello, hombros y espalda. Mareos, zumbidos e incluso pérdida de audición en el caso de los oídos. Así como, cefaleas o migrañas en la zona frontal de nuestra cabeza o las sienes.
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