En invierno el frío y el aire provocan estragos en nuestra piel. Con las bajas temperaturas la sequedad aumenta, la piel se deshidrata y se descama, las líneas de expresión se acentúan, las arrugas se hacen mucho más visibles, nuestro tono se apaga y en ocasiones, aparecen las molestas rojeces. Pero no desesperes. En Urban Style te brindamos una serie de consejos que te ayudarán a mantener tu piel radiante y que harán que se cumpla aquello de “a mal tiempo buena cara”.
Exfolia y mantén tu piel bien hidratada.
La acumulación de células muertas sobre la piel no hace más que aumentar su sequedad. Por otro lado, los picos de polución, más frecuentes en invierno, la empeoran. Por eso es fundamental exfoliar la piel dos veces a la semana y, a diario, utilizar una crema hidratante reparadora que le aporte luminosidad. Si todavía no has pasado la treintena, basta con que apliques una hidratante adecuada a tu tipo de piel sobre rostro, cuello y escote tanto por la mañana como por la noche. A partir de los 35, tus cosméticos deben incluir acciones anti-arrugas para devolver la elasticidad a tu piel además de hidratarla. Por último, cuando cumplas los 40 debes completar la acción hidratante con un cuidado específico para el contorno de ojos y un sérum que trate los problemas específicos de tu piel.
Lávate la cara con agua templada.
Aunque con el frío lo que más te apetece son las duchas de agua caliente, no conviene abusar. Con el agua a una temperatura elevada el manto lipídico de la piel sufre y la deshidratación es inevitable. Tienes dos opciones: o bajar la temperatura del agua o hacer tus duchas más cortas, nada de recrearse.
Limpia tu rostro dos veces al día.
Por la mañana, para eliminar el sudor, la grasa, las células muertas y los restos de cosméticos de la noche anterior. Y antes de acostarte para retirar el maquillaje, el polvo, la contaminación, los restos de cosméticos y todas las impurezas que se van depositando en nuestra piel a lo largo del día.
Elige bien tu desmaquillante.
Cambia tu limpiador habitual por uno emoliente –untuoso– y que no necesite aclarado, o por uno específico para pieles sensibles. Y antes de irte a dormir, acuérdate de utilizar una crema de noche, que creará una barrera protectora mientras duermes. Así mantendrás los estragos del frío a raya.
Protege tu piel del sol.
Aunque en invierno el sol te parezca inofensivo, no es así. La protección solar es esencial para evitar el envejecimiento prematuro de tu piel. Aplícatelo antes que la base de maquillaje o elige una base de maquillaje que incluya SPF.
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