En la mayoría de los hogares disponemos de una impresora para imprimir los trabajos del colegio, universidad y algunos documentos. Quien más o quien menos la utiliza de manera regular y necesitará reponer sus consumibles. Siempre llegados a este punto, aparece a la misma frase: “Jolín, que caros son”.
La impresión doméstica está diseñada para que los costes de impresión sean más bien caros. Pero siempre podremos optimizar esos costes si adquirimos una impresora más adecuada a nuestras necesidades. Lo primero y más importante es distinguir qué es caro y qué es barato en los consumibles. Lo que hay que averiguar es el coste por hoja. Un cartucho que cuesta 30 € e imprime hasta 500 hojas, es más económico que el que vale 15 € y sólo durará hasta 175 hojas. En el primer caso, el coste por hoja es de 0,06€ y el segundo de 0,085€. Por tanto, si imprimimos 1000 hojas, tendríamos 60€ frente a 85€, aproximadamente un 40% más caro el segundo tipo. Vamos a partir de un hecho que nosotros como profesionales ya sabemos: “Impresora barata, consumibles caros”. Cuando un fabricante pone en el mercado una impresora muy barata, los costes por copia serán muy elevados. En cambio, si la impresora es muy cara, el coste por copia será más económico.
Las impresoras de tinta siempre imprimen en color (4 tintas al menos: negro, cian, magenta y amarillo), y los colores serán brillantes pudiendo imprimir fotografías y usar papeles especiales. Son más baratas, pero los costes por copia son muy elevados. Además, si no imprimimos regularmente, los cartuchos se secarán y habrá que sustituirlos por unos nuevos, teniendo que tirar algunos a medio usar. A veces, incluso se obstruirán los inyectores y tendremos que reciclar la impresora y comprar una nueva.
Las impresoras que utilizan tóneres son más grandes y podemos elegir entre monocromo (impresión en negro) o color, con colores mate y que no permitirán la impresión en papel fotográfico. El precio de compra es mayor, pero los costes por copia son mucho más económicos, especialmente si escogemos impresoras monocromo. Y no necesitan prácticamente ningún mantenimiento, siempre estarán listas para imprimir, aunque lleven años paradas.
¿Qué debemos tener en cuenta para comprar una impresora para casa?
-Hay que saber si necesitamos imprimir en color o podemos prescindir de ello.
-Cuantas hojas mensuales o anuales imprimimos.
-Imprimo todas las semanas o tengo periodos prolongados de inactividad.
En función de nuestras respuestas, podremos tener una mejor idea de lo que debemos comprar:
·Si necesitamos color o nos gusta imprimir nuestras propias fotos, necesitamos tinta.
·Si podemos prescindir del color, indudablemente la mejor opción son las impresoras monocromo.
·Si imprimimos en color y con un volumen elevado de hojas al mes, lo mejor sería láser color. Pero el precio de compra será muy elevado y tardaremos en amortizar la compra. Eso si, nos olvidaremos durante mucho tiempo de ir a comprar consumibles.
·Si imprimimos más bien poco, no deberíamos comprar una impresora muy cara (para ahorrar en los consumibles), ya que tardaríamos mucho en amortizar el precio de compra y si es de tinta se nos estropeará antes.
A parte de todo esto, si utilizamos consumibles compatibles, también ahorraremos mucho, aunque pudiera darse el caso de aumentar las averías o de obtener una menor calidad en la impresión. Si la impresora está en garantía no debemos utilizarlos.
En general, para usuarios domésticos: Si necesitamos color, interesa comprar una multifunción de tinta de unos 100€. Y si no necesitamos color, una multifunción laser negro, sobre los 130€.
Por: Alfonso Robles
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