¿Qué fue antes, el huevo o la gallina? ¿La naranja como fruta o el color naranja? ¿El televisor o el módulo donde ubicarlo? Para las dos primeras no tengo respuesta, pero para la última en mi casa hay dos posturas en conflicto, la de mi mujer y la mía. Para ella el módulo siempre irá primero y la tele se tendrá que adaptar al hueco mientras que, según mi criterio, por supuestísimo, el mueble dependerá de las muchísimas pulgadas de la pantalla. De hecho, para mí como si va apoyada sobre su propia caja. Pero como ella nunca permitiría esta chapuza, como buena diseñadora, tendremos que hacer un repaso sobre las posibilidades de un mueble frente al que pasaremos hipnotizados muchas horas de nuestra vida.
La primera pregunta que nos haremos es: ¿qué queremos albergar en este módulo? Y es que cada vez tenemos más aparatos conectados al televisor (la consola, el reproductor, blue-ray, el aparatito de la compañía de televisión, el disco duro, el secador de pelo,…) por lo que estamos hablando de un mueble que casi siempre irá bastante compartimentado (y agujereado para dar salida a tanto cable).
En este sentido, se ha notado una notable evolución respecto a los muebles de salón que tenían nuestros padres, hechos de maderas nobles tratadas y talladas, que ocupaban todo lo alto y ancho de la pared (boiserie). En la actualidad se ha dado paso a un tipo de mueble mucho más liviano, tanto en volumen como en materiales. El noble nogal español hiperpulido e hiperbarnizado rematado con detalles barrocos dignos de Francisco Salzillo ha evolucionado hacia maderas menos tratadas e infinitamente menos ornamentadas, lo cual le otorga ligereza y luminosidad al conjunto, además de abaratar muchísimo su precio (mi padre aún añora el riñón vendido en el mercado negro… eso sí, hay que ver cómo le luce la vajilla de la Cartuja en su vitrina biselada).
Estos muebles son altamente personalizables, ya que se suelen componer de una base con los módulos y cajones, abiertos o cerrados, que elijamos y una serie de baldas a distintas alturas que colocaremos según nuestras necesidades. En este sentido es recomendable dejar respirar a los aparatos electrónicos que queramos conectar y no mantenerlos en espacios reducidos y cerrados.
Bueno, después de estas breves pinceladas sobre el maravilloso mundo del mueble de la tele, os voy a ir dejando porque juega la Selección Sub-21 y tengo que ver el partido en mi televisor de 32 pulgadas, que es el que cabe en el hueco de nuestro precioso mueble.
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