¿Qué tiene Croacia para enamorar a todo aquel que visita este país? Sus bellos paisajes naturales, sus ciudades medievales, sus pueblos costeros, sus hermosas playas y sus mil islas tienen mucha culpa. ¡Sigue leyendo y descubre todo lo que no te puedes perder en Croacia!
Dubrovnik
Esta ciudad medieval declarada Patrimonio de la Humanidad es una parada imprescindible en tu viaje a Croacia. Una ciudad amurallada en el Adriático, cuyo casco histórico está salpicado de palacios, conventos y callejuelas a cuál más encantadora. No hay que olvidar que muchas escenas de Juego de Tronos se rodaron aquí…¡Por algo será!
Lagos de Plitvice
Los famosos lagos de Plitvice son los manantiales naturales más espectaculares de Europa. Protegidos por espesos bosques vírgenes de hayas, abetos y pinos se encuentra una sucesión de cascadas y lagos escalonados de aguas turquesa que asombran y deleitan a cualquier visitante. Puedes descubrirlos a pie o en barco eléctrico, pero no te vayas sin ver el salto de Labudovac, que con sus 20 metros de caída es un imprescindible en el parque.
Zagreb
La capital croata tiene mucho encanto. Para descubrirla nada mejor que pasar por la animada plaza Josip Jelacic, visitar su catedral, tomar algo en la calle Ulica Pavla Radica, descubrir el mercado tradicional de Dolac, subir a un tranvía, o montar en el funicular que conecta la parte alta y la parte baja de la ciudad.
Península de Istria
En Istria se concentra lo mejor de dos países: Croacia e Italia. Su cercanía a este país se siente en su gastronomía, en sus gentes y en sus poblaciones llenas de vida. Dedica al menos un par de días para visitar la pequeña ciudad costera de Porec; Groznjan, uno de los pueblos más bonitos de Croacia; el coqueto puerto pesquero de Rovinj, sus playas salvajes; y, por supuesto Pula, una interesante ciudad llena de ruinas romanas y que tiene como símbolo su anfiteatro.
Korcula
La isla natal de Marco Polo es otro de los lugares imprescindibles en una visita a Croacia. Sus ceremonias ancestrales, sus vinos, sus encantadores pueblos, y sus pequeñas y solitarias playas también son razones para detenerte aquí.
Split
Lo que en su origen fue el fastuoso palacio del emperador romano Diocleciano, se ha convertido en la segunda ciudad más grande de Croacia. Con el paso de los años se fueron adosando viviendas al palacio e incorporando elementos urbanos. Una curiosa y bella mezcla que le ha valido el título de Patrimonio de la Humanidad. Y después de visitar la ciudad antigua, nada mejor que terminar la jornada en alguna de las terrazas de su moderno paseo marítimo.
Trogir
Se encuentra muy cerca de Split, por lo que es perfecto para visitar en medio día. Griegos, romanos y venecianos pasaron por esta ciudad, y dejaron su huella en edificios como la Fortaleza Kamerlengo y la preciosa Catedral de San Lorenzo. Pero lo mejor de Trogir es perderse por sus callejuelas mientras degustas un sabroso helado.
Brac
Una lengua de arena que se adentra medio kilómetro en un mar de aguas turquesas…¿Es Zlatni Rat la playa más impresionante de Croacia? Posiblemente sí. Pero también te gustará dar un paseo por las calles de Bol (el pueblo en el que se encuentra) y descubrir los encantos de la isla de Brac.
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