La posición del sol durante el invierno es más baja en el cielo, de forma que los rayos llegan con una inclinación que los hace muy molestos e igualmente nocivos para nuestros ojos, por lo que es fundamental usar gafas durante todo el año. Además, el frío y el aire propios del invierno provocan un aumento del lagrimeo y sequedad en nuestros ojos que se puede reducir protegiéndolos con unas gafas adecuadas y utilizando lágrimas artificiales.
En las pistas de esquí la radiación ultravioleta (UV) pueden ser hasta ocho veces más intensa que en otros lugares debido a las propiedades de reflexión de nieve, por lo que resulta de vital importancia utilizar unas gafas de sol protectoras que estén diseñadas específicamente para los deportes de invierno y que absorban al menos el 95% de la radiación UV. De esta manera evitaremos problemas visuales posteriores como quemaduras corneales, hemorragias retinianas, queratitis, cataratas e incluso degeneración macular asociada a la edad (DMAE).
Además, las personas con ojos de color claro son más sensibles al daño solar, por lo que deben tener aún más cuidado al escoger unas gafas protectoras para la nieve.
Consejos para proteger tus ojos en la nieve:
- Déjate asesorar por tu óptico-optometrista sobre el mejor tipo de protección ocular según la actividad a desarrollar, la fotosensibilidad y el color de tus ojos.
- Elige gafas que ofrezcan una visión óptima tanto en días soleados, como nublados o incluso con niebla, condición meteorológica muy común en las estaciones de esquí y que hace que la visibilidad sea baja.
- Usa gafas de sol que bloqueen del 99% al 100% de la radiación UV-A y UV-B.
- Si compras gafas de sol de alta protección o gafas de sol de diseño especial para deportes de invierno, asegúrate de que cumplen con las normas de seguridad europeas.
- Hay cuatro categorías de intensidad en el color de las lentes en este estándar de protección solar. En las estaciones de esquí se debería escoger la categoría 4 (el más oscuro) ya que es el que más protege en condiciones soleadas.
- Es importante que las gafas que se adapten cómodamente a la forma de tu cara. Asegúrate de que tienen el tamaño adecuado para ti, y de que no se caen en el caso de movimientos bruscos esquiando o fuertes vientos. Recuerda que las gafas deben cubrir las sienes con el fin de proteger también esta zona de las radiaciones solares.
- Recuerda que las lentes de las gafas de protección solar para el esquí también pueden graduarse para que la visión sea perfecta a cualquier distancia. La utilización de lentes de contacto también pueden ser una buena solución en el caso de utilizar gafas sin graduación.
- No te olvides de proteger a los niños ya que ellos son más vulnerables a los rayos UV. Además, la exposición UV es acumulativa y puede no mostrar su efecto durante muchos años.
- En caso de molestias oculares tras la práctica de deportes de invierno, acude a tu óptico-optometrista.
Más información en www.anferoptica.com
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