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Los Hermanos Cubero son un dúo alcarreño y autores de una propuesta fuera de lo común, que abarca música tradicional castellana con influencias americanas, de forma magistral y sin artificios. Desde sus inicios en 2010, Quique y Roberto Cubero han sido capaces de derribar los prejuicios con los que se topa la música tradicional, llevando sus canciones a quienes reivindican normalizar la tradición.
¿Cómo fueron vuestros inicios y quién os inculcó el gusanillo por la música tradicional?
Empezamos de manera autodidacta aprendiendo a tocar nuestros instrumentos intentando reproducir los sonidos que escuchábamos en otros grupos y los sonidos que oíamos en nuestras cabezas. En los 90 en Guadalajara eran muy habituales los conciertos de folk, música tradicional y otros estilos de música. Realmente el nivel de la cultura en esa época era muy interesante, y tuvimos la suerte de que todo eso moldeara nuestros gustos y nuestra manera de entender la música.
De la música tradicional siempre nos atrajo la honestidad y la fuerza que tiene el mensaje. Más allá de la forma que pueda tener y las connotaciones que se le han querido imponer estereotipándola, la música tradicional es realmente innovadora. La tradición no es una foto fija, para nosotros es la manera más vanguardista. Sobrevive al paso del tiempo adaptándose e incluyendo siempre formas nuevas.
¿Cómo describiríais vuestra música?
Transparente. Intentamos sonar reales, honestos. Intentamos que nuestra música sea orgánica, que no tenga impostura, que pueda ser entendible por cualquiera que no se deje llevar por los prejuicios. En estos tiempos se lleva mucho el artificio, que todo parezca digital además de serlo. Para nosotros la música es humana, y queremos que siga siendo así.
¿Quiénes son vuestras mayores influencias musicales?
Desde que empezamos a aprender a hacer canciones, nos interesó mucho la música de raíz estadounidense, porque su filosofía es crear cosas nuevas sin perder de vista sus orígenes. En esa línea nos ha influenciado mucho la corriente de “acoustic music” que llaman allí. Sam Bush, Tony Rice, Reno & Smiley. Aquí en España también ha habido y hay referentes que de manera paralela manejan también ese criterio, como La Ronda de Boltaña, La Musgaña, La Bullonera.
¿Qué os inspira a la hora de componer?
Nos inspira hablar de cosas que nos divierten, que nos preocupan, que nos atormentan o que nos obsesionan. También nos inspira el reto que supone intentar explorar las posibilidades de nuestros instrumentos, las posibilidades de las formas musicales tradicionales, intentar crear cosas nuevas con herramientas viejas. Todo esto intentando que nuestra propuesta sea lo más contemporánea posible.
¿Tenéis alguna canción favorita o especial por algún motivo?
¿Nuestra o de otros músicos? Si es nuestra, no tenemos ninguna favorita. Todas forman parte de lo que somos y de cómo entendemos el mundo y las relaciones con otras personas.
¿Cómo ha evolucionado vuestra música desde que ganasteis el II Premio Europeo de Nueva Creación de Folclore «Agapito Marazuela» en 2010?
Queremos creer que desde 2010 hemos aprendido a hacer mejor música, a escribir mejores canciones, a tocar mejor nuestros instrumentos. Desde luego, la certeza que tenemos es que cada vez estamos más convencidos y más afianzados en nuestra manera de hacer las cosas.
¿Es difícil hacer hueco a la música tradicional en tiempos de reguetón?
Depende de las expectativas que se tengan. Si se espera gran resultado comercial, sí, es difícil. Pero para nosotros la música es arte y es una labor de amor. En ese sentido, es muy fácil. Solo hacemos lo que tenemos que hacer, y por suerte, tenemos una base de seguidores que, aunque no es mayoritaria, sí que es gente se identifica con nuestra música, y eso es algo muy importante para nosotros. ¡Calidad más que cantidad!
¿A dónde os gustaría llegar y cuáles son vuestros próximos proyectos?
En breve anunciaremos la publicación de nuestro nuevo álbum y la fecha de lanzamiento. A partir de ahí, el objetivo es seguir haciendo música por el gusto de hacerla. Dónde nos lleve eso de lejos no nos preocupa mucho. No es lo principal. Es la música en sí lo que nos hace volar.
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