Grandes plumas de la literatura, diseñadores de renombre, arquitectos universalmente reconocidos e ilustres jueces y magistrados han creado y dado forma a sus historias, diseños, proyectos y sentencias apoyados sobre una base de madera sujeta por cuatro patas. Un escritorio es una sencilla pieza que puede albergar universos infinitos: niños desplegando todo el potencial de su imaginación con armas tan potentes como un trozo de papel y una caja de pinturas de madera; estudiantes absorbiendo materias de relativa importancia, envueltos en una capa de sudor frío mientras miran de reojo un reloj que siempre va en su contra; doctores extendiendo recetas con caracteres jeroglíficos, legibles únicamente para farmacéuticos y agentes especializados del FBI; Mortadelo, Filemón, Rompetechos, Pepe Gotera, Otilio y el botones Sacarino escapando arrebatadamente del lápiz de un tal Francisco Ibáñez; jóvenes “youtubers” regalando consejos, contando experiencias o comentando el último partido de su equipo de criquet frente a la cámara de un ordenador…
Si algo nos ofrece esta útil herramienta es su posibilidad de adaptarse a tan diversas funcionalidades.
Si eres el típico estudiante imperialista, que tiende a anexionarse mesas, cómodas y otros muebles con superficie más o menos lisa para expandir su marabunta de apuntes, se puede crear para ti una encimera adaptada al espacio del que dispongas con el acabado, medida y grosor que necesites e, incluso, se pueden generar varios puestos de trabajo en una misma encimera para esos divertidos y siempre conflictivos trabajos en grupo.
Si, por el contrario, has decidido prescindir del papel para entrar en la era tecnológica y el espacio que necesitas es el suficiente para enclavar un ordenador y algún que otro periférico, existen soluciones adaptadas.
Puedes personalizar y organizar el espacio tanto como necesites, añadiendo baldas, cajones y compartimentos.
Y hablando de compartimentar, mención especial merece el buró, con sus pequeños cajones aptos para guardar documentación importante, la pluma de oca y el tintero. Pieza clásica y deliciosa, que encaja a la perfección con una decoración tradicional o como contrapunto a estancias decoradas de una forma más moderna. Espacio perfecto tanto para la lectura de “Guerra y Paz” como para realizar la Declaración de la Renta.
Así pues, dependiendo del uso principal que le queráis dar a este mueble “portador de universos infinitos” tendréis que barajar infinidad de opciones. Es importante saber elegir un mueble en el que os sumergiréis durante horas y horas.
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