Al igual que renovamos nuestro armario cada temporada, también deberíamos adaptar la decoración de nuestro hogar a la estación en la que estamos.
Y no hablamos de hacer grandes reformas. Basta cambiar pequeños detalles para dar un aire distinto a nuestra casa gastando muy poco dinero. Así, mientras en verano lo que buscamos es una decoración fresca y liviana, en los meses de otoño e invierno lo que queremos es que nuestro hogar sea cálido y acogedor. Si quieres saber cómo conseguirlo, toma nota:
1. Cambia los cojines
Los cojines son un elemento decorativo indispensable, especialmente en esta época del año en la que nos ayudan a aportar confort a nuestro hogar. Cambiando solo las fundas puedes conseguir renovar la decoración de tu casa sin hacer un gran desembolso. Para el otoño e invierno opta por cojines de tejidos gruesos y de colores intensos como ocres, marrones, verdes selva, mostazas, azules acero…
2. Despliega las alfombras
Dicen que cuando tienes los pies fríos el resto del cuerpo no entra en calor. Pues algo similar pasa con tu casa. Si los suelos no son cálidos, por mucho que te empeñes en subir la calefacción, tu hogar resultará gélido y poco apacible.
Para que esto no ocurra, una gran opción es recurrir a las alfombras. Si las habías retirado durante el verano, ha llegado el momento de sacarlas de nuevo y de disfrutar de su calidez.
Apuesta por ellas en el pasillo, en el salón, en el dormitorio… estarás deseando llegar a casa para descalzarte. De estampados étnicos o geométricos, minimalistas en blanco y negro, de lana, de pelo, artesanales… busca la que más se adapte a tu gusto y a tu casa.
3. Tira de la “manta”
Ahora que los días son más cortos, y que el frío y la lluvia nos obligarán a pasar más tiempo en casa tirados en el sofá, disfrutando de nuestras series y películas favoritas, nada como tener una mantita a mano para taparnos y estar bien calentitos.
Puedes colocarla doblada en la esquina del sofá, en el reposabrazos, sobre la mesa baja del salón, o en un cesto en el suelo… Lo importante es que sea grande y suave.
4. Renueva la ropa de tu cama
Guarda tus sábanas de algodón –más indicadas para los días de verano- y cámbialas por unas de franela u otro tejido que ayude a mantener el calor corporal. Termina de vestir tu cama con un buen nórdico y remata con un plaid a los pies.
5. Elige una iluminación cálida
En invierno anochece muy pronto, por lo que no nos queda más remedio que recurrir la luz artificial. Para que tu casa resulte más acogedora apuesta por una iluminación en tonos cálidos. Las luces y guirnaldas de LED son un recurso perfecto para crear un ambiente mágico y romántico.
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