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Mario De Lucas Hernández
(Grupolino)
Ya huele a navidad, no nos adelantaremos tanto como algunos centros comerciales pero bueno, ya hay que ir pensando en esos días que, por tradición, giran en torno a la familia, a las buenas intenciones, los regalos, para algunos la religión, pero para todos la comida.
Ni que decir tiene que los menús navideños son una parte primordial de las fiestas. Con el tiempo la manera de disfrutar de la comida en esos días ha ido variando, ya que hace unos años prácticamente todo se hacía en casa: grandes “comilonas” en familia que casi siempre hacían que la mamá se pasara horas y horas de preparativos. Hoy, por suerte, eso ha cambiado. Se sale mucho más a los restaurantes y los que se quedan en casa, por lo general, reparten el trabajo un poquito más…(seguro que muchas madres no están de acuerdo)
Aunque las comidas y cenas prenavideñas con amigos, compañeros de trabajo, de deporte etc. tienen un gran peso en esta gastronomía festiva, las cenas de Nochebuena y Nochevieja así como la comida de Navidad y Año Nuevo son las estrellas indiscutibles, con diferencias de importancia en cada casa. Aquí es donde damos el “do de pecho” tanto en casa como en los restaurantes.
Por lo general se suele imponer para las cenas un gran picoteo donde están presentes el marisco, las buenas chacinas, alguna ensaladita (por despista) y un segundo principal.
En el restaurante también proponemos la fórmula del picoteo ya que contribuye a ese espíritu navideño de compartir, para ello tenemos una gran variedad de entrantes que quizás puedan serviros como fuente de inspiración. Siempre suele haber alguna ensalada y en este tiempo las ensaladas templadas suelen funcionar muy bien como sucede con la de queso de cabra con endivia caramelizada y crujiente de frutos secos. Se trata de marcar una generosa rodaja de queso, como de dos centímetros, en una sartén antiadherente a fuego fuerte pero no excesivo, y dependiendo de la mezcla el queso se os puede derretir más o menos, por eso os aconsejamos comprar uno bueno y no os pasará(yo creo que en estos días nos podemos permitir el lujo de hacerlo). La endivia la caramelizamos como la cebolla, ponemos a hacer caramelo y cuando coja color añadimos la endivia cortada finita. Si tenéis corta-fiambres perfecto, sino cuchillito y paciencia. Montar el queso sobre una variedad de lechugas, romper unas nueces o unos quiquos y, si queréis, unos cherrys y algo de maíz para rematar con una buena vinagreta con una parte de vinagre por tres de aceite, algo de soja y mostaza. ¡Triunfáis seguro! Una clásica como la ensalada de langostinos y chipirón en anillas salteados ligeramente con una vinagreta de mango para el que quiera darle un toque diferente.
A veces con lo sencillo y clásico también podemos sorprender como con unas croquetas de confit de pato sobre una crema de naranja podemos adelantarnos y quitarnos trabajo para el día en cuestión elaborándolas y congelándolas con muchos días de antelación.
Con pescados os recomiendo que los hagáis en el horno. Si dejamos unas lubinas en su bandeja con su aliño y una base de patata asada, para meter en el horno justo cuando empecemos la cena, a los 20 minutos las tendremos perfectas con poco esfuerzo.
Para las carnes os recomendaría, a aparte de los “archiusados” asados de cordero, cochinillo, capón etc. Con los que siempre vamos a quedar bien, la opción de cortar unos filetes de pechuga de pavo. Los ponerlos sobre un papel film que está sobre otro de aluminio y preparamos un relleno a base de carne picada mixta de cerdo y ternera, unos daditos de bacon, con unos frutos, secos algo de pan humedecido en leche y para los más atrevidos unos daditos de turrón y/o piña natural a punto de sal y pimienta. Con todo esto hacemos un rollito que cerramos haciendo un caramelo con el albal. Lo asamos a 180 grados unos 35 minutos y reservamos. Esto lo podemos hacer varios días antes para el día de la cena/comida solo tengamos que cortar en rodajas y calentar con su guarnición y una salsita de setas por ejemplo.
Los postres en muchas casas se suelen solucionar con los dulces navideños, pero si queréis, podemos poner una sopa de piña con la propia piña triturada con algo de Cointreau (si no hay niño) para poner en plato hondo, con un trozo de bizcocho (lo podemos hacer o comprar) y una bolita de helado de coco. ¡Divino y fresquito después de una cena abundante!
Espero que os sirvan las ideas y si necesitáis alguna aclaración me podéis escribir a:
linorestaurante@yahoo.es. Espero que no seáis muchísimos y poder contestaros a todos, o mejor que seáis muchos, que ya me apañaré.
Sabrosos saludos y felices fiestas a todos.
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