Durante el invierno las bajas temperaturas, el viento o, incluso, el propio sol, pueden ser perjudiciales para nuestra salud ocular, sobre todo si practicamos deportes de invierno. Las gafas de sol o, en su caso, las gafas específicas para esquiar, son esenciales para filtrar la radiación solar y evitar patologías oculares más o menos graves.
La posición del sol durante el invierno es más baja, de forma que los rayos llegan con una inclinación que los hace muy molestos y nocivos para nuestros ojos, por lo que es fundamental usar gafas de sol durante todo el año. Además, el frío y el aire propios de esta época, provocan un aumento del lagrimeo y sequedad en nuestros ojos, algo que se puede reducir protegiéndolos con unas gafas adecuadas.
Cada año se producen muchos casos de quemaduras corneales y hemorragias retinianas en esquiadores y alpinistas provocadas por la altitud y por la utilización de gafas de protección solar inadecuadas en estos entornos.
Para evitarlas, los esquiadores, tanto habituales como esporádicos, deben tener especial cuidado en la protección de sus ojos. Y es que la radiación ultravioleta (UV) puede ser hasta ocho veces más intensa en las pistas de esquí que en otros lugares debido a las propiedades de reflexión de nieve.
“Como la nieve puede reflejar hasta el 80 por ciento de la luz en comparación con las superficies terrestres normales es vital que, si deseamos evitar problemas oculares y visuales posteriores, nos dejemos aconsejar por nuestro óptico optometrista y elijamos unas gafas de sol protectoras que estén diseñadas específicamente para los deportes de invierno y que absorban al menos el 95 por ciento de la radiación UV”, indica Juan Carlos Martínez Moral, presidente del Consejo General de Colegios de Ópticos-Optometristas.
Según sus palabras, la luz del sol puede dañar seriamente las estructuras del ojo, “lo que aumenta el riesgo a largo plazo de desarrollar condiciones patológicas como queratitis, cataratas o incluso degeneración macular asociada a la edad (DMAE). Las personas con ojos de color claro son más sensibles al daño solar, así que si se tienen los ojos azules o verdes, se debe tener aún más cuidado al escoger unas gafas protectoras para la nieve”, explicó.
El Consejo General de Ópticos-Optometristas ofrece los siguientes consejos sobre la mejor manera de proteger los ojos en la práctica del esquí:
• Pregúntale siempre a tu óptico-optometrista el mejor tipo de protección ocular según la actividad que vayas a desarrollar, la fotosensibilidad y el color de tus ojos.
• Siempre que sea posible, elige las gafas que ofrezcan una visión óptima tanto en días soleados, como nublados o incluso con niebla, condición meteorológica muy común en las estaciones de esquí y que hace que la visibilidad sea baja.
• Hay cuatro categorías de intensidad del color de las lentes en este estándar de protección solar. En las estaciones de esquí se debería escoger la categoría 4 (el más oscuro) ya que es el que más protege en condiciones soleadas.
• Elige gafas de sol que bloqueen el 99 al 100 por ciento de la radiación UV-A y UV-B.
• Asegúrate de que las lentes también cubran las zonas laterales de tu cara (las sienes), con el fin de proteger también esta zona de las nocivas radiaciones solares.
• Las lentes de las gafas de protección solar para el esquí también pueden graduarse para que la visión visión sea perfecta a cualquier distancia. La utilización de lentes de contacto también puede ser una buena solución en el caso de utilizar gafas sin graduación.
• No te olvides de tus hijos; ellos son más vulnerables a los rayos UV. Además la exposición UV es acumulativa y puede no mostrar su efecto durante muchos años.
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