Abrir la cocina al salón es una de las reformas más demandadas a día de hoy. Sin embargo, son muchos los que todavía no se atreven a dar el paso. Lo cierto es que no se trata de una decisión sencilla, y es que esta tendencia cada vez más en alza tiene sus ventajas, pero también sus pegas. En Urban Style te las enumeramos y te ayudamos a aclarar tus ideas.
Ventajas:
- Mayor sensación de amplitud: al eliminar tabiques y puertas se aprovecha al máximo el espacio y se gana amplitud. Especialmente en casas pequeñas es una solución perfecta para optimizar metros.
- Mayor luminosidad. Al eliminar tabiques la luz fluye mejor entre ambos espacios y se duplica. Además, en el caso de cocinas interiores o muy oscuras, es la única manera de conseguir mayor luz natural.
- Son más prácticas a la hora de montar y servir la mesa. Si no se tiene espacio para comer o cenar en la cocina, o simplemente te gusta hacerlo en el salón, el hecho de que ambas estancias estén comunicadas facilitará el tránsito entre ambas y hará que estas tareas sean más sencillas. Para eso lo óptimo es que la zona de comedor sea la más contigua a la cocina.
- Favorecen la comunicación. Las cocinas abiertas son más participativas y es que, mientras se cocina, se puede estar charlando con la familia o con los invitados. Si además tenemos hijos pequeños, podemos tenerlos a la vista, con la tranquilidad que ello conlleva.
- Estéticamente son más bonitas. En este tipo de cocinas las diferentes áreas de la casa se integran y se funden. En los últimos años los diseños de cocinas han evolucionado tanto que permiten integrarse a la estética del salón y del resto de la casa de un modo natural, sin que haya un corte brusco entre los diferentes espacios.
Desventajas:
- Mayor ruido. Los ruidos que se hacen al preparar la comida, al cocinar, al meter y sacar las cosas del lavavajillas… se oirán también en el salón. Eso, si se está viendo la tele, leyendo o trabajando puede resultar muy molesto.
- Lo mismo ocurre con los olores. Aunque elijamos una buena campana extractora, es inevitable que los olores se extiendan.
- Desorden a la vista. Las cocinas abiertas obligan a mantener siempre el orden en la cocina para poder cuidar la estética general de la casa.
Si ahora que ya conoces los pros y los contras todavía no sabes por cuál decidirte, ten en cuenta que existe una solución intermedia que te puede sacar del apuro: las cocinas semiabiertas. Delimitar ambas estancias con un cerramiento acristalado, por ejemplo, hará que te beneficies de todas las ventajas de una cocina abierta y que sortees parte de sus desventajas, como el tema de los ruidos y los olores. Si encima a ese acristalamiento le añades unos estores para poder bajar cuando quieras, podrás recuperar la independencia de ambos espacios en momentos determinados.
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