Bañada por el sol y rodeada de preciosas playas y calas de color esmeralda, este tesoro del Mediterráneo permite a sus visitantes acercarse a una parte de la cultura italiana menos conocida.
Viajar a Cerdeña es una de las mejores opciones vacacionales, no sólo durante el verano, sino en cualquier época del año. Cerdeña es un destino idóneo para visitar ya sea en familia, con amigos, en pareja o incluso en un viaje en solitario. Y es que esta bella isla ofrece una amplia variedad de posibilidades para pasarlo bien.
Entre los entretenimientos más destacados del archipiélago italiano destacan sus preciosas playas, sus calas de color esmeralda y sus pequeños pueblos, en los que podrás acercarte a la cultura insular y disfrutar de las comidas típicas de la región.
Al visitar Cerdeña podemos encontrar pueblos y ciudades pequeños, con estilo medieval, tales como Alghero -una ciudad antigua y llena de color en el que te recomendamos demorarte con tranquilidad para poder disfrutarla al máximo-, pero también ciudades grandes y semicosmopolitas, como es el caso de Cagliari, la ciudad más importante y también la capital de la isla. Tanto en unos como en otros podemos admirar monumentos, museos o edificios de arquitectura singular que nos harán viajar en el tiempo y nos trasladarán a la Edad Media. De gran importancia son sus restos arqueológicos nurágicos. Los nuragues son las construcciones más características de la isla sarda.
Pero, además, para los amantes del turismo natural, Cerdeña ofrece un sin fin de rincones impresionantes y únicos.
Gastronomía
La gastronomía de Cerdeña, al igual que la típica comida italiana, posee las características de cualquier dieta mediterránea: comida muy variada compuesta por la combinación de verduras y carne roja y blanca cocinadas de diferentes formas. Destacan productos como la pasta, los embutidos, la miel, el aceite de oliva, el carasau -el pan típico de la zona- y los quesos. La estrella de los quesos es el sardo de oveja, con denominación de origen producido exclusivamente en Cerdeña.
Ya entre los platos más típicos de la cocina sarda destaca los culurgioni. Se trata de un tipo de pasta parecido a los ravioles pero de forma triangular generalmente (aunque en algunos lugares los hacen cuadrados o redondos). El relleno consiste en una mezcla de acelgas con requesón o de verduras con queso. Este plato suele acompañarse de alguna salsa típica de Italia y queso de oveja rallado como tope. Si eres un amante de la buena pasta, no deberías dejar de probar este exquisito manjar.
Otro plato típico de Cerdeña son los malloreddus. Con cierto parecido con los ñoquis, consiste en una pasta ovalada que se hierve y acompaña con salsa de tomate, albahaca y una buena cantidad de queso de oveja.
Los dulces también son muy populares en Cerdeña. La mayoría de ellos tienen como ingredientes almendras, harina y azúcar. Es el caso de los amaretti o el Pan’ e saba, un bollo de harina y azúcar con almendras en el tope que generalmente también lleva chocolate o crema. Es uno de los dulces más populares entre los niños y un buen compañero para el café o para amenizar la tarde.
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