Se trata de una nueva moda en el mundo de las dietas, aunque no sabemos si ha llegado para quedarse, por sus posibles beneficios para la salud, o será pasajera, como tantas. Son cada vez más los seguidores, casi tantos como los detractores, de este nuevo método de pérdida de peso, y es que sus beneficios e inconvenientes no son del
todo claros.
Por eso la ciencia está buscando una respuesta, pero quizá no ha pasado el tiempo suficiente para evaluar en el tiempo esta herramienta y disponer de estudios fiables y homogéneos.
Hay variedades de ayuno para todos los gustos, desde los que se puede comer algo, a los que no se puede comer nada; los que duran unas horas a los que duran más de un día, seguidos o alternos… Pero, a grandes rasgos, podemos hablar de 3 estilos:
1. Ayuno en días alternos
Consiste en no comer nada un número de días, suele ser uno o dos, y el resto comer lo habitual, sin restricciones.
2. Restricción energética intermitente
En este caso si se come el día de ayuno, pero la ingesta calórica
se ve restringida a unas 500 kcal al día. El modelo más conocido es el 5:2, donde se come de forma normal 5 días y se restringe la alimentación 2 días.
3. Ayuno de tiempo restringido
Se trata de ayunar unas horas al día y en otras comer sin restricción. Generalmente el tiempo de ayuno se destina a la noche, pero hay muchas modalidades dependiendo del tiempo que no se come: 12/12, 16/8, 20/4, en este último por ejemplo solo se puede comer durante 4 horas al día, el resto se ayuna.
¿Cuáles son los beneficios del ayuno?
No podemos afirmar con rotundidad los beneficios, sino lo que van demostrando los estudios científicos que se hacen al respecto.
1. La principal ventaja es la libertad y comodidad. Se puede llevar una vida normal sin pensar en restricciones y uno o dos días a la semana reducir la ingesta o no comer.
2. El metabolismo no se reduce ni hay pérdida de masa muscular, ya que la reducción calórica no es continua y constante como en dietas hipocalóricas. Digamos que el metabolismo no llega a acostumbrarse a la reducción energética porque al día siguiente se come normal.
3. Mejora del perfil lipídico, reducción del colesterol y presión arterial.
4. Parece ayudar a bajar los niveles de insulina y azúcar en sangre, por lo que habría menor riesgo de diabetes.
5. Menor riesgo de obesidad, parece ser una herramienta efectiva para la pérdida de peso.
6. Protege de enfermedades neurodegenerativas.
En mi opinión, el ayuno intermitente es una herramienta más y puede parecer una buena alternativa dietética, pero hay que saber muy bien a quien podemos pautarlo. No es aplicable a todo el mundo ya que no comer durante un día puede generar ansiedad y posterior pérdida de control (atracones), por este motivo no es recomendable en casos de trastorno del comportamiento alimentario.
Además, no se observa a nivel sanitario ninguna ventaja respecto a una alimentación sana y equilibrada, ni una pérdida de peso mayor. Lo ideal es buscar ayuda a la hora de realizar una dieta y que el profesional pueda pautarnos lo mejor para la situación individual de cada uno. Porque hacer ayuno por nuestra cuenta puede traer más riegos para la salud que beneficios.
Ana Cisneros
Nutrición y Dietética
en Guadalajara
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