Tras los excesos de las fiestas, llega el momento de ponerse manos a la obra para adaptar los buenos hábitos de alimentación en nuestro día a día.
Aunque muchos están obsesionados con la idea de perder peso tras los extras navideños, lo cierto es que conseguir una rutina alimenticia adecuada es mucho más que bajar la aguja de nuestra báscula. Además, no es una tarea tan difícil como parece.
Crear una despensa y una nevera saludable es el primer paso si nuestro propósito es cuidar la línea y llevar una vida sana. Por eso, debemos evitar tener en casa productos procesados que nos puedan hacer caer en la tentación y romper nuestros hábitos saludables.
Así, en nuestra cocina deberán reinar los vegetales, las frutas de temporada, los lácteos sin azúcares añadidos y los huevos e ingredientes de calidad. Si abundan todos estos ingredientes, preparar las cenas y los tuppers para el trabajo será mucho más fácil.
Laura Gallardo, nutricionista y dietista del hotel Barceló Montecastillo, nos ofrece ideas efectivas para conseguir una despensa perfecta que no arruine nuestra dieta:
Comienza la semana diseñando un buen menú
Comer bien no es difícil si sabes planificar tus comidas y cenas.
“Si quieres cuidarte de verdad lo primero que tienes que hacer es definir muy bien qué vas a desayunar, a comer, a merendar y a cenar cada día de la semana. Solo así sabrás lo que tienes que comprar para elaborar cada plato, y de esta manera te resultará muchísimo más fácil ceñirte a ello y no salirte del plan.
Si en vez de esto tus comidas son aleatorias, existe más probabilidad de que acabes comiendo lo primero que veas en la nevera, sin pararte a pensar si es la mejor opción para tu salud”.
Ve al supermercado sin hambre y compra solo lo que esté en tu plan semanal
Una de las claves para tener una nevera y una despensa saludables está en el supermercado.
“Es conveniente asegurarse de comer antes de hacer la compra porque los supermercados son escenarios perfectos en los que dejarse llevar por un sinfín de tentaciones que pueden arruinar tu plan healthy”.
Si sabemos exactamente lo que vamos a comer a lo largo de la semana, solo tenemos que ceñirnos a los ingredientes que necesitamos para elaborar nuestro menú. De esta manera evitaremos desperdiciar comida que acabará en la basura, y comprar caprichos que pueden arruinar nuestra dieta.
A más colores, más variedad, mejor nutrición
Cuando abrimos la nevera para cocinar o tomar un snack, debemos pensar en todas esas veces que no teníamos nada saludable y hemos comido lo primero que había, siendo comida rápida, insana o con demasiada grasa.
“Para que esto no te pase, hay que asegurarse de que en la nevera solo haya vegetales (elige siempre los que más te gusten para que así te apetezca cocinarlos y comerlos), proteínas (huevos, carne, pescado, tofu…) cereales integrales (avena, quinoa, arroz integral, pasta integral) fruta, lácteos (preferiblemente naturales y desnatados), legumbres y frutos secos, que son perfectos como snack o para añadir en el yogur o en las ensaladas”.
Decir ‘sí’ a las conservas puede ser un plan magistral
Y es que en muchas ocasiones nos pueden salvar de más de un apuro. Sardinas, caballa, mejillones, berberechos…
“Ya sea como segundo plato o como parte de un plato principal, tendremos una ración de pescado o marisco de calidad que, además de tardar en caducar, conservará sus propiedades nutricionales.
Siempre es mejor optar por las opciones al natural o incluso con limón, pero si las elegimos con aceite, mejor que sea de oliva que de girasol porque es una grasa monoinsaturada beneficiosa para nuestro sistema circulatorio”, asevera la experta.
Lo saludable e imprescindible a la vista
“Debemos colocar los alimentos más saludables y los que más consumimos en primera línea para que en esos momentos en lo que te lo comerías todo, tus ojos vean la opción más saludable en primer lugar. También deberíamos colocar los alimentos recién comprados al fondo y mover los más antiguos hacia delante para evitar que caduquen”.