No hay que tomarse a la ligera la conjuntivitis provocada por alérgenos, aunque sea relativamente común.
La alergia ocular se produce cuando algo a lo que usted es alérgico irrita la conjuntiva, membrana que cubre el ojo y la parte interior del párpado.
Las reacciones alérgicas pueden producir ojos llorosos, legañas filamentosas, con picazón, con dolor, enrojecidos o inflamados, sensibilidad a la luz. Las causas más comunes son los alérgenos estacionales, como el polen, las esporas de moho… aunque también se pueden producir alergias a lo largo de todo el año por ácaros de polvo, caspa animal, etc. La conjuntivitis alérgica no es contagiosa.
Si además tiene una alergia nasal, es posible que tenga congestión, picazón y estornudos. También se puede presentar otros síntomas como dolor de cabeza, irritación o dolor de garganta, asma y tos. Alrededor del 30% de las personas en todo el mundo presentan síntomas alérgicos y entre el 40 y el 80% de ellos tienen síntomas en los ojos.
Las alergias oculares pueden agruparse en dos grandes grupos en función de la forma en la que se manifiestan. En un primer grupo se incluyen formas leves, como la conjuntivitis alérgica estacional o la conjuntivitis alérgica perenne, que son generalmente transitorias y cuyos síntomas aparecen de forma aguda sin afectar a la córnea. En un segundo grupo se encuentran las formas más graves como la queratoconjuntivitis vernal, la queratoconjuntivitis atópica o la conjuntivitis papilar gigante. Se trata de manifestaciones generalmente persistentes, crónicas y que pueden afectar a la córnea y, por tanto, producir lesiones que afectan de forma permanente a la visión.
Conjuntivitis alérgica estacional
Se trata de la alergia ocular más frecuente. Sus síntomas son: picor ocular, sensación de quemazón, ojos llorosos, legañas filamentosas y molestias con la luz.
Se debe evitar el rascado y emplear lubricantes oculares o lágrimas artificiales. En caso de que el oftalmólogo lo considere necesario se pueden emplear anti-inflamatorios y antialérgicos, también pueden ser efectivas las vacunas si se trata de alérgenos específicos.
Querato-conjuntivitis vernal
Su origen es desconocido, no tiene una estricta causa alérgica, aunque el hecho de que se presente en la época en la que hay una mayor presencia de polen y otros alérgenos ambientales y las características de sus síntomas, apuntan a que su aparición puede estar relacionada con los mecanismos inmuno-alérgicos del organismo. Se da en niños y adolescentes y es más rara y más grave que la anterior. La sintomatología es similar a la anterior, molestias con la luz, producción de moco, lagrimeo y picor. Pero afecta a la córnea, provocando lesiones que producirán malestar, dolor o sensación de cuerpo extraño.
Para prevenirla, a las medidas vistas en el caso anterior, habrá que sumar entornos libres de tóxicos como el humo del tabaco y sin fuentes de alérgenos. Se debe prestar especial atención a la limpieza del hogar, siendo aconsejable aspirar la casa y el colchón y cambiar habitualmente la ropa de cama. Además, en estos casos los afectados deben ducharse y cambiarse de ropa cuando lleguen a casa.
El tratamiento médico será personalizado y se deberán restringir las actividades al aire libre en época de alérgenos. Cuando se realicen es aconsejable emplear gafas de sol para proteger del aire y del sol.
Querato-conjuntivitis atópica
Se trata de la forma más grave y también más rara de alergia ocular. Este tipo de alergia se da en pacientes que tienen antecedentes de dermatitis atópica que desarrollan una afectación ocular grave en párpados, conjuntiva y córnea. Puede evolucionar con complicaciones.
Estos pacientes son tratados por equipos multidisciplinares de oftalmólogos y otros profesionales. A todas las medidas descritas en el caso anterior, se pueden sumar tratamientos inmunosupresores.
Otros tipos de alergias oculares
Alergia por contacto: Provocada por reacciones adversas a colirios, fármacos, cosméticos o picaduras de insecto.
Medicación tópica crónica: provocada en muchas ocasiones por colirios vendidos sin receta y empleados durante años como automedicación.
Conjuntivitis papilar gigante: se puede dar en usuarios de lentes de contacto como reacción a los depósitos acumulados en las lentes.
Ante cualquier sospecha de padecer alergia ocular, no dude en consultar con su profesional de la visión de confianza.
Antonio García
Óptico optometrista
Anfer Óptica
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