El ácido hialurónico se aisló por primera vez en 1934 mientras se estudiaba la composición del humor vítreo de los ojos de las vacas. Resultó que esta sustancia de aspecto tan viscoso, tenía una función estructural responsable de mantener la forma del ojo.
En 1942 empezó a utilizarse el ácido hialurónico con fines comerciales como sucedáneo del aglutinante de clara de huevo usado en pastelería. A partir de entonces comenzó a extraerse de la cresta de algunas aves, ya que lo contienen en gran cantidad. En los años setenta se descubrieron nuevas aplicaciones relacionadas con la cirugía ocular. Empezamos a probarlo con infiltraciones para el tratamiento de patologías articulares y, poco después, se descubrieron aplicaciones cosméticas.
Hialurónico para las articulaciones
El ácido hialurónico forma parte del líquido sinovial que lubrica las articulaciones. Una persona de 70 kg mantiene en su cuerpo unos 15 gramos de ácido hialurónico. Aproximadamente un tercio se degrada y se recupera parcialmente a lo largo del día. Con la edad, la destrucción del hialurónico es más rápida que su recuperación.
Una de las aplicaciones médicas consiste en infiltraciones en las cápsulas sinoviales Estas infiltraciones favorecen la lubricación de la articulación y reducen el desgaste del cartílago, lo que minimiza el dolor derivado de la artrosis y otras patologías de sintomatología similar.
Además, el ácido hialurónico es biodegradable. Esto es a la vez una ventaja y una desventaja. Por un lado, es un compuesto que encontramos de forma natural en nuestro cuerpo, por lo que es improbable que dé problemas de incompatibilidad o rechazo. Por otro lado, se va degradando, así que hay que repetir las infiltraciones cada cierto tiempo.
Hialurónico en inyecciones estéticas
El ácido hialurónico forma parte de la estructura de la piel. Es la sustancia que mantiene el colágeno en su sitio, por lo que además de una función estructural, desempeña un papel importante en la estética de nuestra piel. La mantiene tersa y rellena.
Con la edad se ralentiza la síntesis natural de hialurónico, mientras que su destrucción sigue un ritmo constante. Esa es una de las razones por las que aparecen arrugas y la piel pierde volumen.
Cremas hidratantes y antiedad con hialurónico
Una de las cualidades del ácido hialurónico es que es muy higroscópico. Esto significa que es capaz de retener una gran cantidad de agua (unas miles de veces su peso). La piel tiende a perder agua de forma natural. Lo que hacen los activos hidratantes es evitar la excesiva pérdida de agua. La hidratación superficial nos la proporciona cualquier tipo de hialurónico.
Hialurónico en el ojo
En Oftalmología, originariamente se desarrolló como un viscoelástico intraocular usado en la cirugía de cataratas. Pero los cirujanos observaron que la córnea del paciente se recuperaba más rápidamente si se instilaba una gota.
Posteriormente, se convirtió en el producto estrella para aliviar la sequedad ocular.Estudios posteriores demostraron que su uso prolongado mejora el ojo seco y reduce las lesiones de la superficie ocular sin provocar reacciones alérgicas. Se averiguó que sus moléculas se unen de igual forma al agua y al epitelio corneal, por lo que permanecen más tiempo en la superficie ocular, manteniendo su humedad.
Pero puede presentar un inconveniente, que si se usa en altas concentraciones provoca visión borrosa, aunque en concentraciones adecuadas, su alta viscosidad hace más estable la película lagrimal sin alterar la visión y reduciendo la fricción entre párpado y córnea, evitando la irritación.
Fernando Prieto
Óptico optometrista
Anfer Óptica
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