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Acierta con el color de tus labios

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A la hora de elegir un labial no debemos ceñirnos únicamente a lo que marcan las últimas tendencias, también, y especialmente,  a lo que nos sienta bien a cada uno. Las características propias como el color de ojos o de pelo, el tono de nuestra piel, el grosor de los labios o el color de nuestros dientes determinan qué colores se adaptarán mejor a nuestro rostro.

Los subtonos de la piel son los matices de colores que subyacen de la piel. Podríamos decir, en términos generales que hay dos tonos de piel, los cálidos y los fríos. Los tonos cálidos presentan subtonos dorados, amarillos y/o naranjas; mientras que los tonos fríos presentan subtonos azules, violáceos y rosáceos.

Uno de los grandes trucos para conocer los labiales más afines a nuestro rostro es utilizar el círculo cromático. Los colores opuestos crean combinaciones perfectas.
El nude, tan de moda, aporta un toque natural a las pieles con tonalidad más fría como suele ser el caso de las rubias.
El rojo sienta muy bien tanto a las pieles cálidas como a las frías y favorece y blanquea visualmente todas las sonrisas al tratarse de un color opuesto al amarillo.
El berenjena, otro de los colores tendencia en lo que a pintalabios se refiere, es un color atrevido que resalta las pieles oscuras y los ojos verdes.
Los tonos tierra son perfectos para aportar calidez al maquillaje. Se adaptan a cualquier estilo de mujer, clásica o moderna. Es el labial que no debe faltar en el neceser, sobre todo para los ojos azules.

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Cinco trucos sencillos para que tu labial dure más
1. Exfólialos al menos una vez a la semana. Eliminarás las células muertas y conseguirás una piel más lisa. Puedes utilizar el mismo exfoliante que tengas para el rostro.

2. Hidrátalos: utiliza cremas hidratantes para esta zona. También puedes aplicarte miel por la noche.

3. No te pongas cacao en ellos antes de maquillarlos. El motivo es sencillo, el cacao es graso, por lo que el pigmento no se adhiere bien a la piel.

4. Utiliza una pre base antes de pintar los labios. Lo ideal es poner un toque de base fluida de maquillaje sobre ellos y después unos pocos polvos sueltos transparentes.

5. Perfílalos. Dibuja el contorno antes de aplicar el lápiz labial, a ser posible con el mismo tono que vayas a utilizar después. Otra opción es utilizar un perfilador invisible como el de Kiko Make Up Milano, un lápiz perfilador transparente que consigue que no se corra el color y evita los brillos.

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